La protección contra hurto, robo y atraco la conforman los equipos y sistemas electrónicos capaces de alertar sobre situaciones delictivas.
Entre los principales materiales y equipos de seguridad activa para protección contra el hurto, robo y atraco, de aplicación a los establecimientos comerciales, cabe destacar:
Los sistemas de detección, de especial protección contra la intrusión.
Las centrales de señalización y control, como elementos de control.
El centro de control, para centralización de los sistemas de seguridad.
La vigilancia por CCTV, para la captación y visionado de imágenes.
El etiquetaje y control antihurto, para protección de los artículos y mercancías en venta.
Sistemas de detección
La detección es el conjunto de dispositivos que aseguran el conocimiento precoz de los hechos y alertan de situaciones irregulares, posibilitando una adecuada intervención para lograr frustrar la comisión de un delito.
La estructura básica de los equipos de detección, la componen tres bloques de dispositivos conexionados entre sí mediante elementos de comunicación. Estos tres bloques serían:
- Iniciadores
- Centrales
- Avisadores
El detector (iniciador) vigila una determinada área de cobertura y en caso de localizar una situación de alarma, transmite la correspondiente señal a la central. La central, en función de las señales recibidas de los detectores y de su propia programación, transmite las órdenes a los avisadores, para que éstos indiquen o retransmitan la situación de alarma.
Entre los principales equipos de detección, de aplicación en determinadas áreas de los establecimientos comerciales, cabe destacar:
- Detección interior.
- Detección exterior.
Detección interior. La detección interior la constituyen los dispositivos de aplicación en áreas interiores. En función de su zona de vigilancia, los detectores de interior se clasifican en:
- Puntuales.
- Lineales.
- Superficiales.
- Volumétricos.
Detectores puntuales. Para la aplicación en áreas comerciales, hemos de considerar los contactos magnéticos y los contactos mecánicos.
- Contactos magnéticos. Se fundamentan en que se detecta separación de dos piezas, imán y contactos, manteniendo el imán en cierta posición los contactos cuando está próximo a ellos.
De aplicación en la detección de apertura de puertas, ventanas, cajas, retirada de objetos, etc.
Presentan ventajas de sencillez de instalación, no precisan alimentación y presentan bajo índice de falsas alarmas y bajo coste.
Presentan inconvenientes de posibles sabotajes mediante imanes exteriores y posible intrusión por puerta o ventana sin abrirla.
- Contactos mecánicos. Se fundamentan en ser contactos eléctricos con reposición.
Su implantación es la misma que la indicada para los contactos magnéticos, fundamentalmente para instalar en espacios muy pequeños como en el interior de cerraduras.
Presentan ventajas como no precisar alimentación, bajo índice de falsas alarmas, difícil de ser detectado y bajo coste.
Presentan inconvenientes en cuanto al deterioro de los elementos mecánicos y posible intrusión por puerta o ventana sin abrirla.
Detectores lineales. Consideramos básicamente los rayos infrarrojos. Se fundamentan en el establecimiento de una línea imaginaria entre transmisor y receptor.
Su aplicación es para la detección de espacios largos y estrechos como pasillos, grandes escaparates, ventanales, etc. de los establecimientos comerciales.
Presentan ventajas de bajo índice de falsas alarmas y bajo coste.
Presentan inconvenientes de ser posible la intrusión sin detección, teniendo información exacta de su situación.
Detectores superficiales. Para la aplicación en áreas comerciales hemos de considerar las barreras de rayos infrarrojos, los detectores sísmicos, los detectores de rotura de vidrio.
- Barreras de rayos infrarrojos. Se fundamentan en la asociación de rayos infrarrojos situados paralelamente entre sí, de modo que la intervención de alguno de los haces genera la alarma.
Su aplicación es para la protección interior de amplios espacios superficiales, como las cubiertas de los edificios.
Presentan ventajas de bajo índice de falsas alarmas y las derivadas de su plano de cobertura.
Presentan inconvenientes en la dificultad de alimentación de los haces y coste elevado.
- Detectores sísmicos. La causa desencadenante para su activación es la vibración. Son transductores que han tomado su nombre de las ondas sísmicas que se propagan a distintas velocidades y que se originan cuando se produce una perturbación en un sólido elástico.
La causa desencadenante es la vibración producida y propagada en el interior de masas (aceros, hormigones, etc.), cuando sufren ataque por elementos de percusión o térmicos. Convierte, mediante la utilización de micrófonos selectivos, vibraciones mecánicas en señales eléctricas.
Su aplicación es para la protección de muros de cámaras acorazadas, cajas fuertes y en general espacios de alto riesgo.
Presentan ventajas de gran sensibilidad, inmunidad ante vibraciones ambientales, bajo índice de falsas alarmas y posibilidad de comprobación de su estado desde la central.
- Detectores de rotura de vidrio. Son transductores activos preparados para recibir un estímulo de entrada –vibración, ruido, rotura, etc.– y proporcionar como respuesta una señal eléctrica de salida. Su elemento sensible, el sensor, normalmente es de tipo microfónico, piezocerámico o piezoeléctrico.
Su aplicación es para la protección de acristalamientos, detectando su rotura. En función del estímulo de entrada que detecten, según la tecnología de fabricación, se instalarán adosados al vidrio o a una determinada distancia del acristalamiento.
Detectores volumétricos. Para aplicación en áreas comerciales hemos de considerar los detectores de infrarrojos pasivos, de microondas, de ultrasonidos y detectores de tecnología dual.
- Detectores de infrarrojos pasivos. Se fundamentan en la detección de movimiento analizando las variaciones de la radiación infrarroja de los cuerpos en el ambiente.
Su aplicación es para la protección de un volumen interior.
La tecnología de fabricación, de algunas marcas, de este tipo de detectores ha minimizado los problemas iniciales de escasa sensibilidad, posibilidad de apantallamiento y posibilidad de falsas alarmas por presencia de pequeños animales.
- Detectores de microondas. Se fundamentan en la detección del movimiento de personas u objetos capaces de reflejar las señales, la emisión radioeléctrica emitida por el sensor en el espectro de las microondas (del orden de 10 Ghz).
Su aplicación es para la protección de un volumen interior.
Su empleo puede producir detecciones no deseadas por traspasar acristalamientos o paredes, por ello cobra especial importancia su ajuste en el momento de la instalación.
- Detectores de ultrasonidos. Se fundamentan en la detección del movimiento de personas u objetos capaces de reflejar las señales acústicas de alta frecuencia (ultrasonidos), emitidas por el sensor.
Su aplicación es para la protección de un volumen interior.
Es conveniente evitar su instalación en lugares donde existan o puedan producirse corrientes de aire.
- Detectores de tecnología dual. Los detectores volumétricos de tecnología dual están preparados para recibir dos estímulos de entrada y, por lo tanto, su activación se realiza por una causa desencadenante (movimiento) y dos principios operativos: 1. Óptico y acústico [infrarrojos pasivos + ultrasonidos (IR+US)]. 2. Óptico y electromagnético [infrarrojos pasivos + microondas (IR+MW)]. Se desarrollan en torno a dos filosofías completamente diferentes: los denominados de composición y los de correlación. En los de composición, la electrónica se caracteriza por la utilización, en el mismo detector, de dos sensores diferentes con distintos principios operativos: infrarrojos pasivos + microondas (IR+MW), o infrarrojos pasivos + ultrasonidos (IR+US), activándose la alarma del detector cuando uno de los sensores está en alarma (OR), o cuando los dos sensores, al mismo tiempo, sobrepasan unos umbrales preestablecidos (AND). En los de correlación, el establecimiento de un software para el procesamiento de las señales permite discernir entre causas desencadenantes falsas y verdaderas, produciéndose una alarma cuando, al activarse uno de los sensores, pasa a situación de vigilancia y se concentra en lo que recibe a través de una especie de barrido. Si en esta situación comprueba con el otro sensor la perturbación real, se da la condición de alarma.
Por lo tanto, los detectores de tecnología dual son los volumétricos que mayores garantías ofrecen en la protección de volúmenes interiores, representando un mayor coste al incorporar dos sensores de diferentes tecnologías.
Detección exterior. La detección exterior la constituyen los dispositivos de aplicación en áreas exteriores que delimitan una zona perimetral de protección.
Los equipos más usuales para la detección exterior en áreas comerciales, son:
- Barreras de infrarrojos.
- Barreras de microondas.
- Sistemas para la protección de vallados.
- Sistemas enterrados.
- Videosensores.
Barrera de infrarrojos. Puede utilizarse para conformar un sistema de detección de intrusión, de emplazamiento exterior y zona de vigilancia de tipo lineal. La causa desencadenante para su activación es el movimiento del intruso y el principio operativo empleado es de tipo óptico. Podríamos definirla como una línea imaginaria no visible que une dos puntos –transmisor y receptor– y que, al ser interrumpida o atravesada, produce una señal de alarma en el extremo receptor.
Barrera de microondas. De emplazamiento exterior y zona de vigilancia tipo volumétrica, tiene como causa desencadenante la perturbación derivada del movimiento del intruso y su principio operativo es de tipo electromagnético.
De forma genérica, podemos decir que un oscilador en el transmisor genera una portadora de radiofrecuencia –RF en la banda X– que será modulada por una señal de audiofrecuencia. Una antena concentra la energía RF generada hacia el receptor. En éste se encuentra dispuesta una antena similar y, en el caso de que un intruso se introduzca en el campo electromagnético existente entre el transmisor y el receptor, genera una modificación del campo que será evaluada por los circuitos electrónicos del receptor, activándose la alarma en caso de disminución de la intensidad de campo por debajo del valor umbral o sensibilidad preestablecida.
Sistemas para la protección de vallados. Están diseñados para su emplazamiento en exteriores y su zona de vigilancia es de tipo superficial. La causa desencadenante de su funcionamiento puede ser presión, rotura o vibración, y el principio operativo empleado es de tipo diferencial, óptico, eléctrico o electromecánico.
Los sistemas de detección por vibración en vallados con sensores aislados, detectan la vibración en los vallados por medio de detectores inerciales dispuestos sobre ellos y asociados en grupos de 100 a 200 metros cuyas señales se analizan conjuntamente. Su aplicación es sobre vallados metálicos de suficiente rigidez.
Los sistemas de detección por vibración en vallados con sensor (cable) continuo detectan las vibraciones por efecto piezoeléctrico, triboeléctrico capacitivo. Su aplicación es sobre vallados metálicos de suficiente rigidez.
En los sistemas de detección por cables de tensión, el sensor en sí mismo es un vallado, está formado por cables horizontales tensados, que terminan en sensores que detectan la variación de tensión mecánica. Su aplicación es como vallado metálico ante el corte, separación y escalada.
Sistemas enterrados. De aplicación para la protección del perímetro a través del suelo y de emplazamiento en exteriores, presentan una zona de vigilancia del tipo superficial. La causa desencadenante de su funcionamiento puede ser presión, rotura, vibración o movimiento, y el principio operativo empleado es de tipo diferencial, óptico, eléctrico o electromagnético.
Los sistemas de detección por presión en el suelo (hidráulicos), detectan la presión generada en el suelo por el paso de una persona, analizando la diferencia de presión generada en dos tubos que discurren bajo el suelo y paralelos entre sí. Su aplicación es en todo tipo de terrenos excepto los rocosos y arbolados.
Los sistemas de detección por sensores aislados, detectan la presión generada en el suelo mediante sensores sísmicos analógicos, tratando conjuntamente sus señales. Su aplicación es en todo tipo de terrenos excepto los rocosos y arbolados.
Videosensores. Son dispositivos detectores de movimiento que utilizan la variación de luz de una escena observada para activar una alarma de forma automática. La causa desencadenante para su activación es el movimiento del intruso y el principio operativo es de tipo óptico.
Centrales de señalización y control
Se entiende por central de señalización y control todo equipo autoprotegido, que integrado en un sistema electrónico de seguridad es capaz de recibir y controlar información y generar señales de comunicación con otros dispositivos.
Los grandes bloques funcionales que conforman la centralización de alarmas en una instalación, son:
Alimentación. Este bloque conectado a la red eléctrica local o al suministro eléctrico primario, transforma y/o rectifica la corriente adaptándola a las necesidades del sistema de seguridad. Incluye las baterías para acumular energía de emergencia de capacidad adecuada al sistema controlado.
Este bloque o fuente de alimentación proporciona corriente eléctrica a los circuitos de la central, a las líneas de detectores y a los dispositivos de alarma.
Entradas. Está constituido por elementos o circuitos que permiten la entrada hacia el bloque de “Análisis y tratamiento de la señal” de las señales e informaciones procedentes de las líneas o bucles, a los que están conectados los diversos elementos de señalización de la información procesada o previamente programada.
Análisis y tratamiento de las señales. Evalúa la naturaleza de las señales recibidas, procedentes del bloque de “Entradas”, en función de los parámetros previamente establecidos, activando la alarma en caso de confirmarse las condiciones programadas.
Elementos de mando y control. Posibilitan el gobierno del sistema de seguridad y controlan su funcionamiento, respuestas, etc. Pueden ser locales (en el propio equipo) o remotos.
Contenedor. Es la caja, armario, rack, pupitre, etc., que encierra la circuitería de los distintos bloques anteriormente mencionados y a la vez sirve de soporte a los órganos de mando y control.
Comunicaciones. La comunicación entre los diferentes equipos (bloques) será vía radio (en el caso de los sistemas inalámbricos) o vía cable (en el caso de los alámbricos).
Salidas. Este bloque es el que permite la transmisión de señales a los avisadores o periféricos de recepción y gestión de alarmas.
Según su aplicación, las centrales pueden ser contra:
- Intrusión o robo.
- Atraco.
- Combinadas (intrusión, robo, atraco).
- Mixtas: siendo combinadas admiten detectores de otras funciones, tales como detección de fuego u otros.
Según su tecnología, las centrales pueden ser:
- Locales.
- Microprocesadas.
- De comunicación bidireccional.
Centro de Control
El Centro de Control es donde se conectan y gestionan los aparatos, dispositivos o sistemas de seguridad.
Un Centro de Control ha de cumplir, al menos, cuatro conceptos básicos con garantía y eficacia; éstos son:
- Control permanente
- Verificación efectiva
- Capacidad de respuesta
- Seguridad requerida
El control permanente de las instalaciones remotas es uno de los principios básicos que debe cubrir un centro de control, así como el diálogo (recepción y transmisión) con los equipos de detección, telecontrol, telemando, etc.
Igualmente, ha de ofrecer con suficiente garantía la verificación efectiva de las incidencias acaecidas, tanto en forma como en tiempo real, gestionando con diligencia el resto del proceso operativo que se ha de realizar.
Dispondrá necesariamente de una adecuada capacidad de respuesta para posibilitar una inmediata reacción, gestión y resolución –según los servicios y niveles de seguridad– ante las incidencias o alarmas producidas. La atención simultánea de múltiples incidencias será uno de los factores determinantes de su capacidad de respuesta.
Ha de ofrecer con garantía la seguridad requerida, la exigida y la esperada para cada uno de los servicios ofrecidos y planeados. El cumplimiento satisfactorio de los conceptos de control permanente de las instalaciones remotas, de verificación efectiva de las incidencias o alarmas, y de capacidad de respuesta para su reacción o resolución, serán los principales factores de calidad y seguridad del Centro de Control.
El Centro de Control que se plantea para este tipo de instalaciones es propio de cada gran establecimiento comercial. Igualmente, un centro comercial poseerá uno propio (normalmente denominado Puesto Permanente de Seguridad) en donde se centralicen y gestionen todas las señales que provienen de los dispositivos de seguridad y protección instalados en todo el recinto.
El planteamiento de la seguridad en los grandes formatos comerciales pasa por la gestión general de todos los aspectos que conciernen a la misma, y por tanto, uno de los puntos básicos para el Director de Seguridad es la información.
Como ejemplo, si se considera una gran superficie que se encuentra en un centro comercial, se propone una estrecha colaboración entre los Directores de Seguridad respectivos, ya que, algunos de los riesgos relacionados en el catálogo de riesgos de ambos establecimientos, son los mismos en ambos casos. En muchos aspectos se enfrentan a la misma problemática y, por tanto, pueden realizar un frente de ataque común. Así, para la gran superficie se puede establecer que una serie de señales de algunos dispositivos de seguridad tengan su correspondiente aviso en el Centro de Control del centro comercial y viceversa. Este es el caso de las señales de incendio, cuyo origen puede estar en un establecimiento pero su desarrollo afecta, o puede afectar, a la totalidad de la superficie.
Vigilancia por circuito cerrado de televisión (CCTV)
Un sistema de CCTV consiste en la visualización remota de lugares vigilados. Está compuesto por un número limitado de pantallas y cámaras de televisión, en el cual la señal se distribuye mediante una red cerrada de interconexiones y que permiten captar y enviar imágenes desde un lugar a otro.
Son muchos y muy variados los equipos que pueden conformar el subsistema de vigilancia por CCTV. A continuación se definen brevemente, los de aplicación a establecimientos comerciales:
- Elementos de captación de imagen:
Cámaras de vídeo.
Ópticas.
- Elementos de control y comunicación:
Equipos de control.
Equipos de conmutación.
Elementos de comunicación.
- Elementos de alarma:
Videosensores.
- Elementos de visualización de imágenes:
Monitores de vídeo.
Equipos auxiliares de monitorización.
- Elementos de registro de imágenes:
Magnetoscopios.
Videoimpresoras.
Sistemas de almacenamiento digital de imágenes.
- Videograbación/transmisión digital de imágenes.
Cámaras de vídeo. La cámara es el elemento de partida de cualquier CCTV. Es el aparato electrónico encargado de convertir los cambios de luz y color de la escena enfocada en impulsos eléctricos que puedan ser transmitidos a distancia y que sirven para reconstruir una imagen en el lugar de control.
Ópticas. Elemento imprescindible en la captación de imágenes. Son las encargadas de la elección del campo visual que la cámara verá. El tipo de óptica se elegirá en función de diferentes variables: distancia focal, iluminación, etc.
Equipos de control. Son los que proporcionan diferentes posibilidades a los elementos de captación de imágenes: posicionadores, horizontales y/o verticales, interruptores de iluminación, controles de zoom, controles de iris, interruptores de cámara.
Equipos de conmutación. Son los que transforman las entradas de vídeo: amplificadores, distribuidores, conmutadores manuales, secuenciadores, divisores de cuadrante, matrices de conmutación.
Elementos de comunicación. Son los que transportan la señal de vídeo a los equipos de visualización y al resto de elementos auxiliares: cable coaxial, cable de pares + ecualizador, enlace de microondas, láser, infrarrojos y fibra óptica.
Videosensores. Equipo de detección de movimiento basado en el análisis de los cambios de contraste de una escena filmada por una cámara cuando algún elemento de la imagen se desplaza por su campo de visión.
Monitores de vídeo. Constituyen el elemento de visualización de la imagen observada.
Equipos auxiliares de monitorización. Son los elementos auxiliares que intervienen en la visualización de imágenes: generadores de fecha y hora, eclipsador, micrófonos de audio, multiplexores.
La función principal de estos equipos es descargar al operador del centro de control de la tarea de observar continuamente las pantallas de los monitores que reflejan una escena fija.
Magnetoscopios. Son los equipos que permiten grabar, almacenar y reproducir las imágenes obtenidas del CCTV, mediante cinta magnética.
Videoimpresoras. Son los equipos que permiten imprimir fotogramas a partir de cinta magnética.
Sistemas de almacenamiento digital de imágenes. Archivan las imágenes en forma digital.
Videograbación/transmisión digital de imágenes. Mediante estos sistemas se puede controlar remotamente las diferentes instalaciones del establecimiento comercial desde un Centro de Telegestión Multimedia, Centro de Control Remoto o Central Receptora de Alarmas.
Los elementos del sistema de control instalados en cada punto a vigilar gestionarán, con la máxima fiabilidad, diversos tipos de señales, tanto propias de subsistemas de seguridad como de instalaciones técnicas, registrando toda esta información automáticamente y de forma periódica y transmitiendo cuando el usuario del sistema lo requiera o automáticamente cuando se produzca una alarma.
Igualmente, un sistema de control centralizado constituye un auténtico registro y almacenamiento de datos, incluyendo todas las operaciones y acciones, las incidencias e imágenes que pueden facilitar la identificación de personas y la reproducción de situaciones críticas.
Prestaciones mínimas del subsistema de CCTV. La instalación de un sistema de vigilancia por CCTV en un centro comercial deberá responder a una serie de cuestiones básicas que permitirá conseguir el propósito deseado buscando el equilibrio entre coste y eficacia. El mejor diseño no requiere únicamente una selección individual de equipos de elevada calidad sino la uniformidad y/o equilibrio entre todos sus elementos.
Etiquetaje y control antihurto
El etiquetaje y control antihurto lo componen aquellos dispositivos adosados a los productos a la venta que evitan el intento de sustracción de los mismos.
Aplicación. Los principales sistemas antihurto son de aplicación para establecimientos comerciales, distribución y almacenaje. Se aplican a productos en exposición y venta, de especial valor o facilidad de hurto.
Podemos destacar:
- Los etiquetajes mediante códigos de lectura.
- Los etiquetajes mediante sistemas por radiofrecuencia, electromagnéticos o magnéticos.
- Los detectores antihurto.
- Los sistemas de plaqueta o pinza antihurto por radiofrecuencia.
El sistema antihurto está compuesto por etiquetas, equipos de detección (antenas) y desactivadores o desacopladores de etiquetas.
El funcionamiento consiste en que las etiquetas colocadas en los artículos a proteger emiten una señal que activa el equipo detector. Cuando un producto protegido con la etiqueta se aproxima al detector, éste produce una señal de alarma, indicando al vendedor que retire la etiqueta del artículo, si es que éste se ha vendido, o informando sobre la intención delictiva.
El control antihurto de aplicación en los establecimientos comerciales utiliza dispositivos de protección que se basan en tres tecnologías diferentes: el acustomagnetismo, el electromagnetismo y la radiofrecuencia.
Etiquetas con tecnología acustomagnética (AM). La etiqueta contiene unas hojas metálicas que vibran en presencia de un campo oscilante, produciendo un sonido único. Esto posibilita ampliar el paso de las antenas por encima de los dos metros y ausencia de falsas alarmas, ya que la señal es única. Esta tecnología permite activación y desactivación.
Para desactivar la etiqueta se desmagnetiza una de las dos hojas metálicas de manera que cambia el sonido. Las etiquetas son voluminosas para que pueda darse la vibración.
Etiquetas con tecnología electromagnética (EM). El electromagnetismo aprovecha la actuación de unas finas líneas u hojas metálicas que quedan expuestas a un campo magnético oscilante. La etiqueta genera un conjunto de armónicos cuando alcanza su estado de saturación que es específico para la etiqueta. Esta tecnología permite la activación y desactivación.
Para desactivar el dispositivo se debe magnetizar una capa magnética dura de manera que se modifique el leve comportamiento magnético.
Etiquetas con tecnología por radiofrecuencia (RF). La tecnología de radiofrecuencia consiste en una espiral y una cavidad que forman un resonador. La etiqueta, convenientemente sintonizada, vibra suavemente y el consumo de energía activa la alarma.
Para desactivar la etiqueta debe destruirse el circuito de forma que no sea posible ninguna vibración posterior.
Etiquetado en origen. En el mercado existen proveedores de etiquetas (adhesivas o rígidas) con circuitos de radiofrecuencia que permiten la reimpresión y contienen la información de identificación del producto. Por un lado, permite conocer los datos del fabricante (si se ha incluido la etiqueta en el punto de fabricación), los datos de manipulación y distribución del producto, control de los stocks, precio, promociones, fecha de venta, inicio de la garantía, etc. Por otro, en caso de robo, cuál ha sido la historia de este producto desaparecido.
Este tipo de etiquetaje permite, además, evitar la venta de productos robados y contribuye a la mejora de la productividad, ya que no hay que destinar a personal interno a la colocación de las etiquetas, porque toda la información se encuentra en el circuito. Pueden quedar ocultos.
Esta protección en origen es una de las piezas clave para la prevención de la pérdida desconocida, pues abre la posibilidad de reducir costes a medida que se generalice el procedimiento, lo que en un futuro permitirá proteger mercancías de bajo valor.
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